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lunes, junio 18, 2007

Otra vez Bukowski


"He escrito una gran cantidad de historias de amor que son solamente historias de amor, nada más", escribió Charles Bukowski.



- La publicación de la biografía Charles Bukowski (Circe) de Barry Miles es la punta de un renovado interés por la vida y la obra (difícil separarlas) del viejo Hank.

- Correspondencia traducida al castellano y jóvenes escritores que asumen su influencia completan un cuadro aun empapado de vitalidad, experiencia y olor a encierro.

1. Hay una serie de escenas que fundan lo que podríamos llamar el mito Bukowski. El autor, que murió en 1994 a la edad de 73 años, fue el cronista de los bajos fondos de Los Ángeles a través de sus descripciones de sexo, violencia y abuso de alcohol.

2. “Esto es lo primero que nos muestra la reciente biografía Charles Bukowski, de Barry Miles. Insiste una y otra vez en la imagen de Bukowski saliendo a la calle para recoger experiencias, para empaparse de la suciedad del bajo Los Angeles y luego, sí, volver a la máquina de escribir y hacer sonar las teclas gastadas con la fuerza y la persistencia fatal de un obrero”, anota Mauro Libertilla de Radar Libros.

3. Algunas de estas escenas: cuando empezó a tomar alcohol, a los 17 años, ganaba de quince a veinte dólares diarios en concursos del tipo a-ver—quién-toma-más.

4. “En una de aquellas ocasiones volvió a su casa totalmente borracho y le pegó por primera vez a su padre, invirtiendo y clausurando los términos de una terrible relación que dejó más de una marca en el cuerpo y en la personalidad de Bukowski”, apunta.


Bukowski según Sebastian Krüger.

5. Otra escena, ahora casi una vida después. Bukowski es ya un autor reconocido, sus libros venden bien en Estados Unidos pero sobre todo en Alemania y en Francia. En su primer viaje a Francia —Hank salió de su país sólo tres veces— lo invitan al prestigioso programa de televisión Apostrophe.

6. “El programa se transmitía en horario central, tenía millones de televidentes y se entrevistaba allí a los más célebres escritores de todo el mundo durante una hora y media. En el centro de esa pantalla ardiente lo pusieron a Bukowski, que era profundamente reacio a las entrevistas porque, según él, no hablaba bien, y porque, según su biógrafo, no sabía pronunciar apellidos como Dostoievski”, sostiene.

7. Cuando la transmisión empezó, Hank rechazó la copa de vino blanco que le ofreció el conductor, Bernard Pívot, y se aferró directamente a la botella. Alrededor de la mesa había otros invitados. La primera intervención de Bukowski fue así: “Conozco a muchos escritores norteamericanos a los que les encantaría estar ahora en este programa. No significa tanto para mí”.

8. “Lo interrumpió una escritora francesa, pero Hank la tapó diciendo: ‘Bueno, no sé si es usted una buena escritora o no. Levántese la pollera para que le pueda ver las piernas y le diré si es una buena escritora o no’. Se terminó dos botellas de vino, se levantó y se fue en la mitad de una conversación. Al día siguiente ya se habían agotado miles de ejemplares de las ediciones francesas de sus libros”, finaliza Libertilla.

K.

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