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jueves, enero 24, 2008

Anna Ajmátova hasta la hez del gulag poético


“No, no podemos saber de fijo cómo era Ajmátova, una mujer bella y un personaje muy atractivo”, dice Rosa Peredo de Babelia.

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- Como deja entrever Elaine Feinstein en su biografía Anna Ajmátova, Anna de todas las Rusias, que acaba de publicar Circe, hubo dos realidades recurrentes en su vida: La pobreza, que llegó en los momentos de "no persona", durante la dictadura estalinista, a niveles increíbles, agudizada por la tuberculosis que la aquejó desde joven. Y, por decirlo brutalmente, los hombres.

1. “Mitad puta que arde de pasión, mitad monja que implora el perdón de Dios".

2. Aunque nos pueda parecer increíble, esta frase de Borís Eijenbaum, crítico literario de la época, dicha en medio de un discurso elogioso, dio forma al argumento que había de llevar a Anna Ajmátova hasta el fondo del gulag soviético.

3. “Así que Eijenbaum había dado de alguna manera en el clavo, porque, efectivamente, la poesía de Ajmátova va de la pasión erótica a la pulsión religiosa, y su vida, de amor en amor y de desgracia en desgracia, fue una tormenta que conoció los abismos del dolor y las cimas de la exaltación vital”, dice Rosa Peredo en Babelia del portal El País.com

4. Anna Ajmátova nació en Odessa, en 1889, en una familia aristocrática pero desestructurada.

5. Vivió su infancia en Tsarskoye Seló, el lugar materno al que vuelve muchas veces, y donde se criará su hijo, y la mayor parte de su vida entre un San Petersburgo y Moscú, donde muere en 1966.

6. “Así que conoce las vanguardias rusas, en las que participa como protagonista activa y principal; la revolución de 1905 y la de 1917, la guerra civil rusa, el terror estalinista y la Segunda Guerra Mundial. Y la guerra fría: 77 años, día por día, que es como la gente vive la historia”, apunta.

7. ¿Cómo era Anna Ajmátova? Una anécdota. “Pero una constante: no puede evitar la infidelidad. Se enamora mucho, no siempre de los hombres apropiados. Y en un ambiente generalmente promiscuo, incluso durante el puritanismo soviético, sus constantes aventuras son una fuente más de infelicidad.”

8. ¿Y la religión? “Sinceramente, no me ha parecido ver ninguna monja rezando detrás del arrepentimiento puntual o de la sensación de culpa que rezuman algunos de sus poemas amorosos”, asegura Peredo.

9. Hoy están disponibles en España: Réquiem. Poema sin héroe, en edición bilingüe y traducción de Jesús García Gabaldón (Cátedra, 1994); Réquiem y otros poemas, igualmente bilingüe, en traducción de José Luis Reina Palazón (Alfar, 1993); Réquiem y otros escritos (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2000) -con los documentos desclasificados del KGB sobre su persona-; Soy vuestra voz, traducido por la poeta Belén Ojeda para Hiperión (2005), y la antología de poetas rusas El canto y la ceniza, traducción de Monica Zgustova y la recientemente galardonada con el Premio Nacional de Poesía Olvido García Valdés (Galaxia Gutenberg, 2005).

K.



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