jueves, marzo 22, 2007

Wiethüchter se refugia en “Casa de luciérnagas”


Blanca creó y dirigió la célebre Editorial Ediciones del Hombrecito Sentado que publicó más de 30 libros de poesía en Bolivia.



- El nuevo libro reúne a 34 autoras de 11 países: más de trescientos de los mejores poemas que se han escrito en lengua castellana en el último medio siglo.

- Entre esos países está Bolivia y algunos poemas de la fallecida poeta paceña, quien fuera lectora y biógrafa de Jaime Saenz.

1. Poesía moderna, de hoy, pero también clásica: la mejor poesía de siempre. Bruguera Editorial inaugura su colección de poesía con un libro ambicioso y pleno de vida.

2. En efecto, Casa de luciérnagas. Antología de poetas hispanoamericanas de hoy, de Mario Campaña, contiene “la expresión artística más intensa, ágil y reflexiva de las mujeres hispanoamericanas de hoy: a veces con irreverencia, a veces con gravedad, siempre con pasión se expresan aquí, con el arte más elevado, mundos de gran variedad y riqueza, mundos como los nuestros”.

3. El libro es –informa un boletín de Bruguera- fruto de una amplia investigación que comprendió todo el continente hispanoamericano y duró varios años.

4. “Es asimismo resultado de una rigurosa selección basada exclusivamente en criterios estéticos y literarios”, puntualiza.

5. Las autoras que fueron incluidas en esta antología son: Gloria Gervitz , Elsa Cross, Coral Bracho, Pura López Colomé, Carmen Boullosa, Tedi López Mills, Isabel de los Ángeles Ruano, Lina de Feria, Reina María Rodríguez, Wendy Guerra, Hanni Ossott, Yolanda Pantin, María Auxiliadora Álvarez, María Mercedes Carranza, Piedad Bonet, Sonia Manzano, María Fernanda Espinosa, Carmen Ollé, Magdalena Chocano, Blanca Wiethüchter, Elvira Hernández, Verónica Zondek, Lila Calderón, Marina Arrate, Diana Bellessi, Irene Gruss, Mirta Rosenberg, Ana Becciú, Susana Villalba, Cristina Peri Rossi, Tatiana Oroño, Cristina Carneiro, Silvia Guerra.

6. El ecuatoriano Mario Campaña, 48 años, es poeta y estudioso de la literatura. Como ensayista ha publicado Baudelaire. Juego sin triunfos; Francisco de Quevedo, el hechizo del mundo.

7. Como poeta, sus últimos libros son Aires de Ellicott City y Días largos y otros poemas. Publicó además Visiones de lo real en la poesía hispanoamericana. Dirige desde Barcelona la revista Guaraguao, especializada en cultura latinoamericana.

8. Blanca Wiethüchter nació en La Paz en 1947 y murió en la misma ciudad en 2004. Egresó de la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Andrés, en la Paz. Se licenció en Ciencias de la Educación y obtuvo una maestría en Literatura Latinoamericana en París. Fue también narradora, ensayista, historiadora y editora. Formó parte del grupo de poetas próximos a Jaime Saenz.

K.


Sello editorial: Bruguera
Colección: Bruguera
PVP: 19 euros
Número de páginas: 464 páginas.
Fecha de publicación: 21 de febrero de 2007

La antología puede ser solicitada:
Grupo Zeta División de Edición de Libros:
Madrid: c/ O’Donnell, 18. 4ª I. 28009.
Tel.: 91 435 14 04.
E-mail:
edbprensam@edicionesb.es

Barcelona: c/ Bailén, 84. 08009.
Tel.: 93 484 66 59.
E-mail:
edbprensa@edicionesb.es

La iluminación y la información fueron cedidas al blog K. por el compositor Alberto Villalpando, esposo de la poeta fallecida.

1 comentario:

  1. Blanca, luciérnaga boliviana


    * Decía el poeta guatemalteco Otto Raúl González que
    “la poesía es una concentración de luciérnagas capaz
    de iluminar el mundo”. El ecuatoriano Mario Campaña ha
    editado en España “Casa de luciérnagas. Antología de
    poetas hispanoamericanas de hoy”, editorial Bruguera.
    Entre las 34 poetas seleccionadas, una poeta de las
    nuestras, la paceña Blanca Wiethuchter. Reproducimos
    sus poemas elegidos*.

    Ricardo Bajo (LA ERA, semanario www.la-epoca.com)

    Se ha anunciado como la primera gran antología de
    poetas latinoamericanas contemporáneas (nacidas
    después de 1945). Las sucesoras de Gabriela Mistral y
    Alejandra Pizarnik. Se presentó el pasado 8 de marzo
    en Barcelona. Y está en las librerias españolas desde
    el pasado febrero. Hasta aquí nada verdaderamente
    noticioso para un lector o lectora boliviano.
    La agradable sorpresa saltó cuando entre las 34 poetas
    elegidas por el antologista ecuatoriano Mario Campaña
    está la paceña Blanca Wiethuchter, siempre en nuestro
    recuerdo.
    El mérito es doble pues esta vez la antología que se
    llama “Casa de luciérnagas” no se ha regido como es
    habitual por criterios geográficos (meter a como dé
    lugar a poetas de todos nuestros países) sino por una
    cuestión meramente de calidad poética.
    Blanca está representada con ocho poemas (otras poetas
    tienen más y otras menos), correspondientes a cuatro
    de sus poemarios: “Asistir al tiempo”, (1975) “Madera
    viva y árbol difunto”, (1982) “En los negros labios
    encantados” (1992) y “El rigor de la llama” (1994).
    Campaña, poeta e investigador literario, dedicó ocho
    años para realizar esta antología, cuyo origen se
    encuentra en su trabajo “Mujeres poetas en la
    revolución poética latinoamericana” publicado en la
    revista de poesía de Guayaquil, “Guaraguao”.
    El antologista eligió primero medio millar de poetas
    tomando como referencia la compilación “Trilogía de
    las mujeres en Hispanoamérica: pícaras, místicas y
    rebeldes” (volumen III) de Maricruz Patiño, Leticia
    Luna y Aurora Saavedra.
    Campaña asegura en el prólogo de la antología (que se
    vende a 19 euros, 190 bolivianos) que “no he apelado a
    ningún criterio de representación ni nacional ni
    generacional ni estético ni en volumen ni difusión de
    obra. Mi ambición ha sido atenerme a la obra más
    madura, aquella en la que el arte ha prevalecido hasta
    tal punto de alcanzar la mayor exploración y
    potenciación de una materia dada, articulando una
    cadena de significantes que en su conjunto da cuerpo a
    una voz singular y autónoma para hacerse escuchar por
    sí misma, liberada del peso excesivo de otras voces,
    las de la tradición, las convenciones, los topos y los
    tropos de la época, la dinámica de la lengua común y
    la literaria, el canon de las obras prestigiosas”.
    Precisamente Campaña considera necesario y vital
    reivindicar la obra de Blanca Wiethucter y las de las
    otras 33 poetas, olvidadas por el peso de las poetas
    de su generación anterior, las Alejandra Pizarnik,
    Olga Orozco, Marosa Di Giorgio, Fina García Marruz o
    Ida Vitale, que tuvieron que superar también la
    alargada sombra de Gabriela Mistral y las Alfonsina
    Storni, Juana de Ibarburu o Delmira Agustini.
    El investigador ecuatoriano incluye a Blanca dentro de
    un grupo donde están poetas como las argentinas Irene
    Gruss y Ana Becciú, las venezolanas María Auxiliadora
    Alvarez y Hanni Ossott, la guatemalteca Isabel de los
    Angeles Ruano, la chilena Verónica Zondek, y las
    mexicanas Elsa Cross, Jeannette Clariond y Pura López
    Colomé. La poesía de este grupo se caracteriza, según
    Campaña, “por un ascetismo en el lenguaje, una aguda
    capacidad autocrítica, una búsqueda de una sabiduría
    de lo temporal y una cierta mística del cuerpo, aunque
    el erotismo no es ahora el camino”. Sellos que
    conducen a Blanca y sus compañeras “a situarse con una
    lengua nueva a la misma altura que sus predecesoras,
    (las citadas Pizarnik, Orozco, Vitale…) con la misma
    vastedad de miras pero con una conciencia más intensa
    de las encrucijadas en que habita, una aguda
    conciencia de la conflictiva espiritualidad de su
    tiempo.
    Campaña cree que la grandeza de la obra de Blanca y el
    resto de poetas se debe también a un mayor
    acercamiento al mundo social e histórico que vino
    aparejado a un intento de fundamentar lo estético en
    lo ético; y a la exploración en la morfología y
    genealogía del lenguaje.
    El poeta quien cree que la poesía no tiene género,
    concluye taxativamente: “En la literatura
    contemporánea en lengua castellana no conozco nada más
    esencial y por tanto más perentorio que la poesía que
    escriben las mujeres en Hispanomérica. Una de las
    determinaciones de esta poesía es la del alma, pues
    estas poetas evocan, convocan, crean la memoria del
    alma o el alma de la memoria, negándose a aceptar la
    terrible conclusión de Artaud, el alma no ha sido más
    que un viejo refrán”.
    Campaña es un convencido que si la obra de estas
    mujeres no ha sido suficientemente valorada ha sido
    por esa vieja ostentación masculina del poder sobre lo
    que se publica y se critica, lo que se recuerda y lo
    que se olvida.
    Contra esas trasnochada jerarquías de esa cultura del
    poder se levanta iluminandolo todo esta antología
    necesaria donde brilla la obra de Wiethuchter, la
    nunca olvidada Blanca. Sirvan los poemas reproducidos
    en dicha antología para leerla de nuevo.


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    RECUADRO UNO

    34 poetas y dos bloques

    Mario Campaña percibe dos tipos de poesía en nuestro
    continente, el bloque del Cono Sur con Argentina,
    Uruguay y Chile y el bloque del peso de la tradición
    andina, azteca y maya con México, Centroamérica,
    Bolivia, Perú y Ecuador.
    El primer bloque se caracteriza por una influencia de
    la cultura literaria europea y el segundo, por la
    indagación y el pensar en aquel mundo interior.
    La selección de Campaña es la siguiente:
    Argentina: Diana Bellessi, Ana Becciú, Irene Gruss,
    Mirta Rosenberg, Susana Villalba.
    Bolivia: Blanca Wiethüchter.
    Chile: Elvira Hernández, Verónica Zondek, Lila
    Calderón, Marina Arrate.
    Colombia: María Mercedes Carranza, Piedad Bonnett.
    Cuba: Lina de Feria, Reina María Rodríguez, Wendy
    Guerra.
    Ecuador: Sonia Manzano, María Fernanda Espinosa.
    Guatemala: Isabel de los Ángeles Ruano.
    México: Gloria Gervitz, Elsa Cross, Jeannette L.
    Clariond, Coral Bracho, Pura López Colomé, Carmen
    Boullosa, Tedi López Mills.
    Perú: Carmen Ollé, Magdalena Chocano.
    Uruguay: Cristina Peri Rossi, Tatiana Oroño, Cristina
    Carneiro, Silvia Guerra.
    Venezuela: Hanni Ossot, Yolanda Pantin, María
    Auxiliadora Álvarez.




    ***********************

    RECUADRO DOS

    Título: Un ramillete de flores

    Américo Ferrari *

    “Casa de luciérnagas” de Mario Campaña constituye sin
    duda alguna una de las mejores antologías de poesía en
    lengua castellana que nos haya sido dado a leer, con
    una particularidad: los poemas son de poetas
    contemporáneas; y resulta impresionante confrontarse
    con toda esta riqueza lìrica aportada a la lengua
    castellana y a la historia de la poesía por las poetas
    de nuestra América, desde México al norte hasta
    Argentina, al sur: todo un mundo.
    Las poetas, antes poetisas, después mujeres poetas y
    ahora, felizmente, poetas a secas, están clasificadas
    por la fecha de nacimiento, lo que es normal. No hay
    preeminencias nacionales en poesía, gracias a Dios, y
    al fin y al cabo lo que cuenta es el valor de cada
    obra poética nacida de un poeta aunque éste sea
    anónimo.
    Todas las poetas presentes en “Casa de luciérnagas”
    son realmente importantes y el mejor homenaje que el
    poeta Mario Campaña podía rendirles es presentarlas al
    lector en esta antología. Antología o “ramillete de
    flores”, que es el sentido de la palabra griega. Las
    flores que nacen una tras otra en el jardín de la
    poesía.

    * Ferrari es crítico literario.

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    RECUADRO TRES
    LOS POEMAS QUE TE HE MANDADO ANTES
    TE LOS COPIO POR SI ACA

    RECUADROS DE POEMAS

    TITULO:
    BLANCA EN "CASA DE LUCIERNAGAS"

    En la antología “Casa de luciérnagas” se recogen estos
    seis poemas acá reproducidos amén de dos largos más de
    la poeta paceña, “El destello” y “El desasosiego”,
    ambos del poemario “El rigor de la llama” (ediciones
    Centro Patiño, Santa Cruz, 1994)

    UNO
    “Evocación”

    Al atardecer, en esta ciudad
    -en el café de la universidad-
    estábamos los dos, los tres, los cinco…
    húmedos de luz,
    y detenidos en la corriente
    de una respuesta instantánea.
    Y éramos cálidos
    En la intimidad del humo,
    Ciegos en la noche intocada,
    Para descubrir un día
    El esplendor y la desdicha
    De un paisaje ávido,
    que entraba por la ventana.
    Llegó un nombre
    Llegó un canto y ardió el hombre
    para entregarnos
    el latido de una fiera obstinación
    (Para el Che Guevara)

    De “Asistir al tiempo”

    DOS

    “Esa vez, esa vez eran muchos”
    Los muertos
    Eran muchos. Sin saber de todos.
    Uno, qué bestia se tiró contra el tanque
    con las piedras contra el tanque con la rabia
    contra el tanque con el cielo contra el tanque
    con el odio –qué animal- contra el tanque
    lo acribillaron en el acto contra el tanque
    en el acto la muerte en un acto, uno solo.

    Una rana he cogido
    María de la mar
    del lago he cogido
    una rana para ti.
    En la balsa de oro
    he salido María
    para surgir una rana
    María para ti.
    Con caña de plata
    he salido María
    para coger el lago
    una rana para ti

    Eso fue en noviembre –lo sabes
    el día de los muertos
    o el día de los santos
    no me acuerdo muy bien
    sabes –con todos los muertos.
    Sí, hubo muchos muertos
    en la fiesta del pan
    y lloraban las barricadas
    la fiesta allárriba
    por esos muñecos de pan.
    Porque siempre hay muchos muertos
    que se entierran entre las piedras
    y los pocos de los amigos
    los muchos de los amigos y los otros
    que se quedan que se habitan
    dulcemente brindando
    por las sombras entre dos
    por los muertos que se quedan
    amargamente para el brindis
    para hablar de todo –sabes
    de la madera viva y el árbol difunto
    para recordar –sabes
    y detrás de ti
    doliéndote en cada hueso
    tu imposible
    y es soportar y es no hacer nada
    y nada por hacer inolvidable nada
    y de nada sirve nada
    y piensas –sabes, todos los días
    remojando tu alma impar en las razones.

    De “Madera viva y árbol difunto”.

    TRES


    “Aquí estoy, pienso y no vuelo.”
    Miro la ciudad –mi ciudad
    y en ella me veo
    y veo a otros como yo
    miran los cerros
    para olvidar la tristeza
    que causa no ser jinete
    de estas altas montañas
    para mirar la noche
    con alas, con azul,
    con un nuevo lenguaje
    que aprenda a decir
    perfumada, a la luz del alba.

    De “En los negros labios encantados”.

    CUATRO


    “Aprendemos a caminar
    Con Ángel, con muerte
    rigurosamente con júbilo,
    al comprender que el alma
    tan sòlo nace cerca del fuego,
    al comprender que el resplandor
    del arco del cielo aflora
    todas las noches –y sin tristeza
    con sueños, con llaves
    y melancólicas sentencias…
    Al comprender que el amor
    es nuestra alianza
    la más perfecta.

    De “Entre los negros labios encantados”.


    CINCO

    “Muda te contempla la piedra.
    Muda tú la miras.
    ¿Cómo vivir sin ese encanto
    que canta el mundo?

    De “Entre los negros labios encantados”.

    SEIS

    “Quiero nombrar otra vez”
    Según lo ayer aprendido
    el encuentro del amor en la espesura,
    el canto.
    Todo parece tornar a un principio dorado
    -lo dices secretamente-
    sabes que las transformaciones
    provienen de aquella señal en el cielo
    que te hizo ver el otro aire de la luz
    -el esplendor de un cuerpo de fuego
    -dices-
    que amas.
    Las palabras van a tu encuentro
    sin decir que son palabras
    y son efímeros
    planetas
    Ahora que te sabes entre los surcos
    -impaciente.
    Ellas ignoran lo que deshacen
    y también lo que hacen
    cuando se trata de pronunciar otra vez
    un cielo, una espada, un ángel;
    aquel ángel que te guarda
    y guardará a todos
    de la grave inmensidad de los silencios.

    De “Entre los negros labios encantados”.

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