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viernes, enero 16, 2009

Poemas, de Robert Lowell


“Padre del confesionalismo”, se etiquetó al poeta bostoniano. Robert Lowell en una toma de Paul Bishop, 1957.

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- Los fragmentos de distintos poemas de Lowell que el blog K. postea pueden dar, como arte poética, una idea del diámetro de sus angustias.

1. “Formado en los clásicos cristianos y griegos, hijo de una madre amante de un psiquiatra que la convenció de que su hijo estaba loco, alcohólico irrecuperable, internado en más de veinte manicomios a lo largo de su vida, padre literario de obras desgarradoras como las de Silvia Plath y Anne Sexton, el norteamericano Robert Lowell cambió para siempre la poesía confesional en lengua inglesa”, dice un reportaje de Página /12 en la que se incluyen los poemas que el ciudadano K. postea debajo.

2. Lowell había nacido en Boston en 1917. Su familia era patricia y calvinista. En el árbol genealógico se destacaban algunos poetas.

3. “Muy joven, Lowell se convirtió al catolicismo. Y al escribir sus primeros versos sus referencias fueron tanto los testamentos como los griegos. Sus obsesiones serían, para siempre, la culpa, el castigo, el suicidio”, apunta.

4. Al estallar la Segunda Guerra se alistó en el ejército, pero al conocerse los bombardeos aliados a poblaciones civiles se hizo objetor de conciencia. “¿Cómo puede/ la guerra cambiar en mí/ el hombre antiguo en uno nuevo?”, escribió. Y citando a Melville: “Todas las guerras son de muchachos”.

5. La resistencia a combatir le acarreó una condena a un año y un día de prisión. Muchos atribuyeron su locura a este período de encierro.

6. La resonancia de su primer trabajo, Lord Weary’s Castle, acuñando lecturas de Tucídides y Toynbee, sacudió la mohosa poesía de su tiempo: “Chicos, la furiosa memoria se babea/ sobre la gloria de estanques pasados”. Y también: “Diez mil Fords están aquí ociosos en busca/ de una tradición”. Lowell planteaba: “Un poema es un acontecimiento, no su descripción”.

7. En una entrevista de The Paris Review declaró: “Cuando empecé a escribir muchos de los grandes escritores todavía no eran populares. No habían siquiera entrado en las universidades y su difusión era ínfima. Era el tiempo de Schöemberg, Picasso, Joyce, el primer Eliot. Entre nosotros los únicos que valían eran William Carlos Williams y Marianne Moore”.

8. Lowell adquirió repercusión crítica, ganó premios: el National Book Award, el Pulitzer. Su voz se volvió influyente. Padre del confesionalismo, se lo etiquetó.

9. Tuvo discípulas como Sylvia Plath y Anne Sexton, tanto o más temibles que él. Ninguna sería más afortunada que el maestro. “Una mañana, después de llevarle el desayuno a sus hijos, Plath metió la cabeza en el horno de la cocina. A Sexton, bellísima y borracha, con sus cócteles de psicofármacos, no le iría mejor. Las dos siguieron sus pisadas: la poesía como escritura autobiográfica”, dice.


Si tuviera un sueño sobre el infierno
(Fragmentos)

¿Me ayudarán ustedes a entender
lo que no tiene arreglo ni remedio,
en esta temporada de escritura poética
y de alivio
para mi depresión, que pasaremos juntos?

*

Durante mucho tiempo, empapado,
y a menudo tocando fondo
por el gran mar verde de los semáforos
que autorizaban nuestra navegación
encontré que mi fatiga era la luz del mundo.

*

Ciudad para matar, ciudad americana.

*

Tus libros son hileras de trajes vaciados.

*

Esa capacidad de corromper
que la poesía tiene, es la más genuina
voluntad de la voz, nunca perdida,
más llena de fantasmas, la voz que sobrevive
de forzar resistencias, descontrolada por la inspiración.
Desde tres adjetivos a un objeto
hay un salto imposible.

*

Nos obsesionamos tanto con la escritura.
Al fin lo conseguimos y así nos fue con ella.
¿Te despiertas acaso como yo, tan perplejo
encontrando los anteojos olvidados
dentro de uno de los zapatos?

*

Mis reseñas virginales eran en su momento
el equivalente verbal de los asesinatos.
Ahora son un montón chiquito,
compacto, tan viejo como yo.
Ellas se desintegran amarillas
y sus páginas rígidas
se hacen añicos como las hojas secas
escapando del árbol que les diera vida.
Estoy sin un amigo:
Veo de vez en cuando, en la noche cerrada,
brillar los faros de algún auto suicida
por la autopista y luego diluirse.
Mi vacío fantasmal ahora se me llena
con todos mis amigos agraviados
como tristes moscas familiares.

*

¿Acaso no es hipócrita pretender dar respuesta
a lo que no hemos sido capaces de escuchar?

*

Aunque escribo mis versos por la noche
soy muy poco sincero en mi discurso.

*

¿Merezco alguna consideración
por no haber intentado suicidarme?
Quizá lo que temía es que esa peregrina
decisión resultase fallida
sin darme cuenta de que practicando
es como se corrigen los errores.
¿Y del infierno, qué?

*

Si tuviera un sueño sobre el infierno
en esa pesadilla
me encontraría a mí mismo
embalando mi casa para mudarme,
con todos los demonios preguntando
eternamente impertinencias varias.

*

Lo que en realidad hice no fue mucho,
entonces, como ahora, fue muy poco.
Del fuego del infierno, en cambio,
no puedo apagar un simple fósforo.

*

Estoy ciego de ver.

*

Adiós, adiós a nada. Doy gracias,
muchas gracias.


La iluminación pertenece al sitio del fotógrafo G. Paul Bishop.



Anne Sexton llega a España con cóctel suicida


En la fotografía con su libro Vive o muere.

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- Se publica en España el poemario que le valió a Anne Sexton el premio Pulitzer.

- Libros de Sylvia Plath y Anne Sexton permiten reconstruir su trágica relación.

- Compartieron taller literario y se suicidaron con once años de diferencia

- Plath, cuya poesía completa se acaba de traducir, fue un símbolo feminista.


A Sylvia Plath

"Oh Sylvia, Sylvia, / con una caja muerta de cucharas y piedras, / con dos hijos, dos estrellas fugaces / errantes en el pequeño cuarto de juegos / con tu boca en la sábana, / en la viga del techo, en la necia oración, / ... / ¡Ladrona! / ¿Cómo te arrastraste dentro, / bajaste arrastrándote sola / al interior de la muerte que yo deseé tanto y durante tanto tiempo, / la muerte que las dos dijimos que estaba superada / la que llevábamos en nuestros pechos flacos, / de la que hablábamos tanto cada vez / que nos metíamos tres martinis de más en Boston, / la muerte que hablaba de psicoanálisis y remedios, / la muerte que hablaba como novias conspiradoras, / la muerte por la que bebíamos, / ¿las razones y luego el acto tranquilo? (...)"

(Fragmento inicial de La muerte de Sylvia, de Anne Sexton. Traducción de Julio Mas Alcaraz)


Autorretrato de Sylvia Plath.

1. "Sylvia aprendió de Anne, que era más auténtica", dijo Robert Lowell.

2. "Mis admiradores creen que me he curado; pero no, sólo me he hecho poeta". La frase es de Sylvia Plath, citada por Javier R. Marcos en su reportaje publicado por El País.com

3. La que se tenía que curar era Anne Sexton, que en la Navidad de 1956 vio por televisión un programa sobre el soneto y pensó: "Podría hacer eso".

4. Como recordaría al final de su vida, hasta los 28 años "tenía una especie de yo enterrado que desconocía si sabía hacer algo más que salsas y cambiar pañales. Era una víctima del sueño americano".

5. Para Sexton, nacida Anne Gray Harvey (1928-1974), aquel sueño era una pesadilla. Tercera hija de un viajante de lanas que la maltrataba, se retrató a sí misma como "la no deseada, el error / que Madre usó para evitar que Padre / se divorciara".

6. Cansada de un marido que también le pegaba y madre de dos hijas a las que pegaba ella, Sexton, marcada por un trastorno bipolar, había intentado suicidarse meses antes de descubrir la poesía. Como parte del tratamiento, su psiquiatra la animó a escribir.

7. Tres años más tarde de su "segundo nacimiento", Anne Sexton se matriculó en un curso de escritura que impartía en Boston el poeta Robert Lowell, que le enseñó, decía, no "qué poner en un poema sino qué dejar fuera".

8. Allí coincidió con una brillante joven de 27 años que estaba a punto de publicar su primer libro y que trabajaba como secretaria en el Hospital General de Massachusets. Se llamaba Sylvia Plath.

9. A Sexton le duró toda la vida la fascinación por Plath, con la que se iba beber martinis al Ritz después de las clases.

10. Cuando ésta se suicidó en 1963, Sexton escribió uno de sus poemas más famosos, La muerte de Sylvia, incluido en el libro Vive o muere, premio Pulitzer en 1967 y recién publicado en España por la editorial Vitruvio con traducción de Julio Mas Alcaraz.

11. El libro, el primero de Sexton que se traduce completo al castellano, coincide en las librerías con la Poesía completa de Sylvia Plath (1932-1963), publicado por Bartleby en traducción de Xoan Abeleira a partir de la edición canónica del poeta Ted Hughes.

12. “En un par de meses el volumen ha agotado la primera edición, de 2.000 ejemplares, algo extraordinario tratándose de un libro de poesía de 700 páginas, un género en el que las tiradas se mueven entre los 500 y los 1.000 ejemplares”, anota.

K.



martes, enero 29, 2008

Emma Villazón ensaya sobre Sylvia Plath


“He cosido vida dentro de mí como un órgano raro,/ y caminé con cuidado, precariamente, como si hubiese/ algo raro”, dice Plath en el poema Tres mujeres.

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- “La voz de Plath pareciera querer decirnos a lo largo de su obra, en un susurro perturbador, que nunca estuvo preparada para la vida”, anota la poeta boliviana en un estudio que se difunde en un portal chileno de literatura.

1. La poesía de Sylvia Plath es un testimonio de la incapacidad de vivir, dice la poeta cruceña Emma Villazón Richter, ganadora del 1er. Premio Nacional “Noveles escritores” 2007 de la Cámara Departamental del Libro de Santa Cruz, en un deslumbrante ensayo que subió, recientemente, la página digital chilena letras.s5.co

2. “Estos pensamientos nos vienen a la cabeza, cuando leemos a Sylvia Plath. La poesía como un testimonio de una incapacidad para vivir como el resto, o al menos para adaptarse a las circunstancias y fenómenos naturales que impone la vida”, apunta.

3. Villazón es la autora del poemario Fábulas de una caída, ganador de la primera versión del Premio "Noveles Escritores", organizado por la Cámara del Libro de Santa Cruz.

4. Comprendemos que a través de la poesía, Plath desea hablar sobre su fracaso para estar e integrarse con los seres y las cosas que la rodean, y que escribe porque le es difícil comulgar con ella misma y con su medio.

5. “A diferencia de otras poetas que buscan ser a través del lenguaje poético, Plath escribe para explicarse a sí misma por qué no puede coincidir con la vida”, anota Villazón.

6. Villazón tiene 25 años. Es abogada de formación y estudiante de la carrera de Filología Hispánica. Antes obtuvo dos menciones en el Premio Nacional del Cuento Breve y ganó el primer lugar de un certamen de la UAGRM.

K.

La iluminación pertenece al sitio The blog film



martes, noviembre 07, 2006

Un poema inédito de Sylvia Plath





-El suplemento Radar de Página 12 acaba de publicar un inédito de Plath en versión libre de Andrew Graham-Yooll.

- Este poema inédito fue encontrado por Anna Journey, una estudiante de la Universidad de Virginia, y estaría inspirado en El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald.

- Según Radar, “Plath lo habría escrito durante su último año como estudiante universitaria, en 1955, mientras trabajaba sobre el tema del aburrimiento en Gatsby para un trabajo práctico.”

- Fue publicado en inglés a fines de la semana pasada por la revista literaria digital Blackbird.

K.


Tedio

Por Sylvia Plath

Leer hojas de té desbarata al que se expone a la catástrofe,
diseñando futuros donde nada ocurrirá:
pon una moneda en palma gitana y bostezando
pronosticará aun que no quedan peligros por conquistar.
El riesgo hoy es improductivo: el ingenuo caballero
halla que los ogros son obsoletos y los dragones
desconocidos, mientras hastiadas doncellas cuestionan
lances contra lo terrorífico por llanamente absurdos.

La bestia en el bosquecillo jamesiano nunca acosará,
condenando a crisis la opaca carrera de héroe;
y cuando ángeles indiferentes apuestan la baraja de Dios,
ya las aburridas plateas se muestran impacientes por fin,
ansiosas por ver estragos, ni súplicas ni premios
engatusarán dama o tigre de la puerta ciega de la perdición.


Mecanografiado del Tedio (bosquejo final).

SYLVIA PLATH

Ennui

Tea leaves thwart those who court catastrophe,
designing futures where nothing will occur:
cross the gypsy’s palm and yawning she
will still predict no perils left to conquer.
Jeopardy is jejune now: naïve knight
finds ogres out-of-date and dragons unheard
of, while blasé princesses indict
tilts at terror as downright absurd.

The beast in Jamesian grove will never jump,
compelling hero’s dull career to crisis;
and when insouciant angels play God’s trump,
while bored arena crowds for once look eager,
hoping toward havoc, neither pleas nor prizes
shall coax from doom’s blank door lady or tiger.


Mecanografiado del Tedio (bosquejo anterior).