Bolivia
- Jenny Ybarnegaray Ortiz, experta en temas de género en Bolivia, ha enviado esta carta abierta al presidente de la República, Evo Morales Ayma, a fin de que prevalezca la serenidad y la templanza en este momento cuando –dice- “existe un desborde de testosterona y machismo ridículo”.
- Por supuesto, el blog K. ha posteado el texto “inteligente” elaborado por Jenny, con la esperanza de que a través de su lectura se alcance la paz y el entendimiento entre las autoridades y los ciudadanos o entre quienes defienden un interés u otro.
K.
Apelación a la racionalidad
(frente a los acontecimientos de Cochabamba)
Los recientes acontecimientos producidos en Cochabamba ya no llaman sólo a la reflexión sino a la acción organizada de la población que se siente golpeada con semejante atrocidad ¿Cómo quedarnos indiferentes frente a tanto despliegue de brutalidad, racismo, irracionalidad? ¿Es posible aún introducir un ápice de racionalidad inteligente en ese escenario de violencia y confrontación extralimitada? ¿Qué está sucediendo en Bolivia? La escalada de violencia crece en espiral sin que aparezcan señales claras para ponerle coto en el plazo inmediato.
Al margen de un racismo abierto, que ha dejado de ser latente en esta sociedad para convertirse en el ácido que corroe los cerebros de tanta gente imbécil, y de la evidente lucha de clases puesta en manifiesto, en los luctuosos acontecimientos de Cochabamba, así como en otros similares, observo que existe un desborde de testosterona y machismo ridículo.
Primero fue Huanuni, donde obreros pertenecientes a dos estructuras de organización distintas (empleados de la empresa estatal por un lado y cooperativistas por el otro) llegaron a un enfrentamiento con consecuencias trágicas, destrucción, muerte, heridas con cicatrices indelebles. Luego Santa Cruz, en ocasión a la convocatoria al Cabildo del Comité Cívico, con el saldo de heridos y destrucción producto de los enfrentamientos en Yapacani y más tarde en otros distritos. Ahora es Cochabamba, donde “jóvenes por la democracia” salen a enfrentar a los campesinos del Trópico armados de instrumentos deportivos convertidos en armas letales y apoyados por los más experimentados unionistas cruceños, a su vez armados con pistolas y revólveres.
Alguien tiene que contener esta espiral para evitar que se reproduzcan y multipliquen estos hechos condenables desde todo punto de vista.
- Apelo a la autoridad del Presidente de la República, como máximo líder de los movimientos sociales, para convocar a sus bases a abstenerse de responder a las provocaciones que vienen de grupos de exaltados dispuestos a todo con tal de frenar este proceso de cambios necesarios e inevitables.
- Apelo a la justicia para dar un severo escarmiento a esos “jóvenes” que se han dado a la tarea de enfrentar a los campesinos de manera tan despiadada, irracional y cruel, quienes consideran que pueden agredir sin consecuencias.
- Apelo a la poca racionalidad e inteligencia que puedan tener aún los grupos del poder económico que están azuzando a esos revoltosos con dinero y consignas racistas para defender sus intereses de clase, porque esas acciones no van a detener el curso de la historia, muy por el contrario, sólo van a enlutar también a sus propias familias.
- Apelo a los líderes de las organizaciones sociales para apaciguar los ánimos de quienes se sienten justamente agredidos, haciéndoles comprender que esas organizaciones ya han dado demasiada cuota de sangre para llegar a este momento que vivimos hoy con esperanza. No necesitamos más sangre, más héroes, ni más banderas, necesitamos aportar con nuestro trabajo y esfuerzo para conducir este proceso hacia el éxito que esperamos: una sociedad más justa, más equitativa, más productiva donde todos los bolivianos y todas las bolivianas podamos vivir en paz.
- Apelo al instinto de vida de toda persona racional y conciente para evitar involucrarse en esta ola de estupidez generalizada, donde cada quien cree que tiene el derecho de hacer prevalecer sus propios derechos sin importarle las consecuencias, sin tener en cuenta que absolutamente nadie tiene más derechos que la otra persona en una sociedad civilizada y democrática.
- Apelo, finalmente, al despliegue de la feminidad que tenemos hombres y mujeres, al básico sentido de conservación y capacidad productiva de nuestra especie, para contener esta ola de irracional machismo que conduce al enfrentamiento. Ya basta de tinkus sangrientos, la madre tierra necesita agua para florecer, no necesita sangre.
Jenny Ybarnegaray Ortiz
La Paz, 12 de enero de 2007
1 comentario:
Lamentablemente ella no es imparcial, no se hace incapie en la muerte del otro joven, no se pide castigo a aquienes vandalicamente han hecho estragos en la prefectura, no se pide justicia para todos.
Saludos sr K.
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