El ciudadano K. tiene la misma paciencia de Jah: habla, lee, escribe y alaba la poesía en todas sus formas, porque la emergencia de la belleza es constante y su corazón está a punto de desfallecer: "lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres", profiere K. mirando los rojos ponientes de Culpina K, un pueblito creado por el artista plástico Gastón Ugalde en el desierto de Potosí.
miércoles, mayo 28, 2008
Gracias Don Evo
Arturo von Vacano, escritor boliviano que radica en EE UU, dice: “Para cada boliviano, es muy raro el orgullo que, apelando apenas a un ínfimo residuo de decencia, sabe crear Evo en cada conciencia.”
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- “No hay alternativa. Mejor es esta hora de la verdad, por dolorosa o peligrosa que aparezca, que el siglo y medio en que fueron posibles dominadores como los que Sucre mostró (…) nomás al mundo”, manifiesta Arturo von Vacano en “Gracias Don Evo” que se difunde desde este miércoles 28 de mayo en correos electrónicos.
- Arturo von Vacano es un periodista, escritor, fotógrafo y traductor boliviano. Sus entrevistas, artículos y notas han sido publicados por PARADE de Nueva York y por muchos diarios y revistas de 19 países latinoamericanos.
- Vacano vive en EE UU desde 1980 y fue editor de United Press International en Nueva York y Washington DC entre 1980 y 1987.
- Ha sido huésped oficial de Cultura Hispánica en Madrid y Barcelona, invitado oficial de los gobiernos de México y Canadá y trabajó en varios medios en Lima, Buenos Aires, Santiago, México, Caracas y La Paz.
- En la mayoría de los medios de comunicación de Bolivia, las opiniones de este escritor fueron vetadas y no son difundidas por las características polémicas de sus argumentos.
K.
Evo Morales, Presidente de Bolivia (al medio), con capitanes guaraníes en Tarija.
Gracias Don Evo
Por Arturo von Vacano
El reciente acto de barbarie en Sucre nos obliga a expresar una vez más nuestra profunda gratitud a Don Evo Morales, sin cuya Tarabuco Sucre presencia en el Palacio Quemado los bolivianos hubieran seguido (y preferido) continuar viviendo en el infierno social y económico que fue la Bolivia de Banzer, Tuto, Jaime y Goni, los sátrapas de más reciente memoria. En efecto, y a pesar de los cuatro gatos que están expresando su ardiente indignación escrita por el Internet (la prensa impresa está en silencio del lado de los bárbaros) contra la actitud medieval que provocó escenas de indiscutible brutalidad e ignorancia en Sucre, la verdad es que lo que sorprende a la gran mayoría de los bolivianos no es el racismo ciego de la "inteligencia" boliviana sino la desfachatez y el crudo desprecio por la opinión pública nacional y mundial que expresa esa "clase privilegiada" criolla y provinciana al demostrar los frutos de su "educación" de manera tan sincera y honesta. Pocas veces se habrá visto una sociedad de bestias (en sentido real y peyorativo) en su más puro estado que la que presentara al mundo la televisión boliviana durante esas horas de "civismo" sucrense. Sólo la Krystalnacht nazi de hace un siglo puede tomarse como precedente de esa orgía de racismo desenfrenado, aunque habrá que respetar las proporciones, pues las víctimas en el caso boliviano fueron apenas un puñado.
Pocos actos pudieron haberse imaginado más perfectos que esa salvajada imbécil para hacer más difícil la tarea del embajador judío y fascista que sirve a la plutocracia gobernante del Imperio que busca destruir a Evo. ¿Cómo vender los esfuerzos "democráticos" de Goldberg al mundo cuando sus aliados se demuestran tales nazis a ultranza? Ya debieron haber sido bastante intragables los saludos fachos y los pasos de ganso borracho que distinguieron al 4 de mayo pasado en Santa Cruz. ¿Cómo hará Goldberg para convencer a Washington de que está haciendo las cosas "bien"? Con semejantes amigos, ¿quién necesita de más enemigos?
Observaciones todas que conducen a una conclusión evidente: la hora de la justicia social en Bolivia se acerca y los privilegiados de ayer cometen esos excesos porque se saben solos, criminales, incapaces de cambiar y condenados por la historia.
Todas las minorías excluyentes y explotadoras desaparecieron del mismo modo, y el ejemplo más claro en América fue la guerra de secesión gringa en la que el Sur hecho de "caballeritos" privilegiados, pedantes y tontos fue despedazado por un Norte de obreros, campesinos y esclavos. Como aquel Sur esclavista, nuestro Sucre pone ya sus barbas en remojo.
Pero hay sorpresas. La más interesante es la humildad y el temor de la "indiada" ante la barbarie de los "civilizados". No hace medio siglo que los indios hicieron temblar a sus enemigos en Santa Cruz y otros lugares que aprendieron a temer la noche y los pututus. No hace cinco años desde que los paceños temieran que los indios "bajaran" a la ciudad para hacer picadillo de los privilegiados. ¿Qué es lo que sucede en Sucre y por qué anda el indio tan "agachado"? ¿Es esta una situación nada más que accidental o será la que adopte el indio durante todos los días por venir? Otra sorpresa, así sea sólo para los extranjeros, es la actitud de los "universitarios", una juventud "educada" que, a diferencia de la tradición libertaria de la juventud del continente y del mundo, es reaccionaria en Bolivia y desprecia su propia raza: basta ver la cara de esos estudiantes para descubrir en ellas a sus abuelos y antepasados indios.
Pero la defensa de los pocos y miserables privilegios de que goza esa "clase meritocrática" ínfima explicaría otra tendencia general de los "privilegiados" bolivianos: la de dar la espalda al mundo y encerrarse con sus cuatro letras porque se adivinan retrógradas e inferiores al exterior. En país de ciegos, los tuertos lo explotan explotando a los condenados a la ceguera. Sucre es el nido de esa tradición, como sabe todo boliviano.
Para algunos bolivianos, sobre todo los peor educados (bárbaros que se lavan el cogote) la vida en la Bolivia de Tuto, Jaime y Goni era la mejor del mundo porque una mafia de incapaces podía vivir de la ignorancia y el retraso de los demás. "Vivir como cerdos mientras los demás vivían como perros", como dijera Almaraz.
La pérdida de esa "alfombra" de seguridad, la conciencia de que no habrá ya "ignorantes ni brutos" mas ignorantes y más brutos que esos explotadores, es la causa profunda del racismo que estalló en Sucre, se expresa en Santa Cruz y es latente en cada bastión de la "clase media". Cuando uno se sabe deleznable en el mundo lucha a muerte para mantener debajo a las víctimas que lo sostienen.
Pero las grandes verdades que rigen Bolivia no se alteran ante gestos de desesperada brutalidad como el de Sucre. Ningún país puede sobrevivir como tal con un 60 por ciento de sus habitantes en estado de virtual esclavitud. Nada puede ser peor que la Bolivia de Banzer, Tuto, Jaime y Goni. Hoy, a pesar de sus poderosos enemigos, el pueblo boliviano tiene una esperanza real de cambio y de un futuro mejor.
Gracias a Evo, Bolivia ya no puede mantener oculta la desesperada condición de la gran mayoría de sus habitantes ni los brutales privilegios de sus bárbaros actuales. Los bolivianos están comenzando a tomar conciencia de esas verdades y deberán quemar etapas para dar ciudadanía plena al indio si es que no quieren desaparecer como bolivianos. No hay alternativa. Mejor es esta hora de la verdad, por dolorosa o peligrosa que aparezca, que el siglo y medio en que fueron posibles dominadores como los que Sucre mostró ayer nomás al mundo. Vale más vivir despierto por un día que sufrir una pesadilla sin fin, lo que Bolivia llamó su historia hasta 2005.
Por eso debe ser que aparecieron en Santa Cruz algunos ciudadanos educados que enarbolan un "Santa Cruz somos todos" y demuestran con ideas y hechos (débiles como son ante las brutalidades de los nazis locales) su superioridad humana y moral. Son los primeros, pero no serán los únicos.
Por ello deberá ser que las mayorías no tardarán mucho más en tomar partido por Bolivia (ahora que saben que ni el ejército ni la policía harán nada para hacer respetar la Ley, aunque mala) y deberán hacer como bolivianos lo que Evo nunca podría hacer: apagar con un mínimo de violencia los focos de barbarie fascista que amenazan la vida nacional y reformar el país "desde abajo" porque no hay ser humano que se respete y piense en dejar a sus hijos un país como el que dejaron Banzer, Tuto, Jaime y Goni.
Pero lo que resulta increíble hasta el absurdo es el ínfimo número de los extremistas de derecha, de los inventores de la muerte civil, de los campeones de la violencia ciega como arma política, y los modos absurdos en que se las arreglaron para mantener a todo el país y a su pueblo como rehenes de su brutal ignorancia durante casi dos años. Sólo la inexperiencia y la ignorancia de los indios como gobernantes podría explicar en parte este singular episodio.
Era necesario abrir las venas de Bolivia y mostrar al mundo la pus social que la asfixia para comenzar una nueva etapa. Evo salió al mundo y puso a Bolivia en el mapa del universo. Evo continúa solo, odiado, débil e incomprendido, pero muestra a Bolivia las llagas sociales que la matan, le desafía a que se cure ella misma y no abandona lo que yo considero debilidad y otros verían como pacifismo, el único camino de supervivencia para su raza.
Y es así como todo boliviano que se digne de ser tal deberá hallar más temprano que tarde razones sólidas y valederas para respetar al primer indio que alcanzó la Presidencia de la República y que le está dando lecciones que nadie nunca supo darlas. Para cada boliviano, es muy raro el orgullo que, apelando apenas a un ínfimo residuo de decencia, sabe crear Evo en cada conciencia. Ese orgullo cuya fuente es una figura pública es en verdad algo nuevo e "inédito" para los bolivianos, acostumbrados a tiranos y sátrapas. Ojalá aprendamos a valorarlo antes de que lo convirtamos en otro mártir de nuestra martirizada historia.
La iluminación inicial pertenece a Yahoo! Geocities y la segunda a ABI.
Bolivia
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1 comentario:
Un hermoso texto que vale la pena difundirlo. Muy profundo y verdadero.
Creo que no hay comentarios de los medialunaticos porque mirarse en este espejo les cuesta mucho, reconocerlo peor.
Excelente el Sr. Von Vacano.
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