El ciudadano K. tiene la misma paciencia de Jah: habla, lee, escribe y alaba la poesía en todas sus formas, porque la emergencia de la belleza es constante y su corazón está a punto de desfallecer: "lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres", profiere K. mirando los rojos ponientes de Culpina K, un pueblito creado por el artista plástico Gastón Ugalde en el desierto de Potosí.
sábado, agosto 26, 2006
Árbol K.
Poesia China
- Esta selección de poesía también recoge textos de autores conocidos. Espera que se enriquezca y prolongue más allá de los años venideros. Ahora incluye varios poemas milenarios que fueron extractados de la antología “Poetas chinos” (Buenos Aires, 1958). La traducción del francés pertenece a Álvaro Yunque.
La canción del jang (1)
Trabajo cuando el sol se eleva. Cuando él se acuesta me acuesto. Para beber cavo mi pozo. Para comer trabajo mi campo… ¿Qué me importa el poderío del Emperador?
Anónimo
(Siglo I)
Mi traje
Mi traje es de la época en que vivía un rey de la dinastía Tching. Se lo pusieron tantas bellas mujeres para danzar que sus pliegues conservan una sinuosidad armoniosa. Lo han acariciado tantas brisas que mi traje es diáfano como el ala de una mariposa.
Ch’en-Ling
Nostalgias
Tú que vienes de mi país natal debes saber muchas cosas. Cuando partiste, ¿el ciruelo había florecido delante de mi ventana?
Wang Wei
Epístola a Li-Tai-Po
Tres noches seguidas he soñado contigo. Estabas frente a mi puerta y te pasabas la mano por la cabellera blanca. Parecía que una gran pena te amargase…
Al cabo de diez mil, de cien mil otoños, no tendrás otro premio que el inútil premio de la inmortalidad.
Canción de mujer
No puedo detener las ruedas de su coche. No puedo atar las patas de su caballo. Y detesto el camino que dispersa su corazón.
Chang Hu
(Siglo IX)
Canción
El perro ladra en la puerta, es mi bien amado que vuelve. Descalza, desciendo la escalera. Y lo hallo ebrio.
Lo ayudo a entrar bajo la ligera cortina. Él rehusa quitarse las ropas. Lo dejo tranquilo con su ebriedad. Siquiera esto es mejor que dormir sola.
Anónimo
(Siglo X)
El primer baño de mi hijo
Todos desean un hijo inteligente, pero la inteligencia ha perdido mi vida. Yo quisiera un hijo ignorante y estúpido: Sin tormentos llegaría a ministro.
Como en el sueño
Delante de la ventana iluminada, ¿quién se sienta a mi lado? Somos dos; mi sombra y yo. Cuando se apaga la lámpara a la hora del reposo, mi misma sombra me deja. ¡Qué hacer, qué hacer! ¡Me siento triste y turbado!
Hsiang Kao
(Siglo XI)
La tejedora
Tejo a pesar del hambre, tejo a pesar del frío, me esfuerzo para concluir este rollo de seda. Mañana lo cortaré, mi marido lo venderá. Con la mitad de lo que saque pagará los impuestos, con la otra mitad, las deudas.
Yao Hsin Hsien
(Siglo XIX)
El loco
Con desmesurados ademanes se alejó en medio de la noche. Parecía que andaba recogiendo estrellas.
Tormenta
Maldije a la lluvia que, azotando mi techo, no me dejaba dormir.
Maldije al viento que me robaba las flores de mis jardines.
Pero tú llegaste y alabé a la lluvia. La alabé cuando te quitaste la túnica empapada.
Pero tú llegaste y alabé al viento, lo alabé porque apagó la lámpara.
Wu Kieng
(Siglo XIX)
Nota:
1. Jang. Instrumento musical.
Este post es iluminado por:
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